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La comida como hábito para niños

La comida como hábito para niños

Editado por: TOP DOCTORS® el 18/02/2023

Los hábitos en los humanos se desarrollan basados en la repetición, y la alimentación, no es la excepción; a continuación, conoce como desarrollar un buen hábito alimenticio en niños.

 

La comida, o más bien, el hábito de comer, que satisface una necesidad fisiológica, requiere de dos características para que madure: la resistencia y la persistencia. Ambas características provienen de los padres.

 

Satisfacción y persistencia en la alimentación

 

La satisfacción se trata de soportar los embates de amigos y familiares preocupados porque el niño no come nada. Esto nos conduce a la analogía ¿cómo le hace un carro para correr si no tiene gasolina? algo similar sucede con el ser humando que no se alimenta correctamente y en el caso de los niños, es algo más puntual.

 

La otra característica es la persistencia, que hace referencia a la lógica con el hábito de la alimentación, es decir, si se mantienen horarios preestablecidos para comer, en algún momento el niño comerá.

 

Un problema que pueden afrontar los padres con sus hijos es lo que sucede en las guarderías, ya que, al recoger al niño, lo primero que escuchamos es "se comió todo y lo hizo él solo"; entonces los padres se sienten inútiles. Sin embargo, se debe ver desde otro ángulo, allá nadie le sirve, nadie le corre, nadie lo presiona con 10, 20 o 30 cucharadas de sopa.

 

En este sentido, el niño es un ser humano como todos nosotros, le sirven la comida, come al mismo tiempo que sus amiguitos, no hay un tiempo extra para él, nadie le ruega y lo dejan sentir apetito. Porque cuando un niño no come bien en casa, toda la familia se mantiene en una carrera de relevos con cuchara en mano y persiguiéndolo por toda la casa.

 

En la guardería los niños comen por imitación, entonces ¿por qué en casa no hacen lo mismo?, la razón es muy sencilla, en nuestro hogar primero les damos de comer a ellos y después comen los padres. Si comemos en familia, arreglamos el problema, el niño simplemente querrá imitar a sus padres.

 

Recomendación para un cambio positivo

 

Es importante mantener los mismos horarios de comida para que el cuerpo se programe y sienta hambre, parte de la persistencia logrará esto. Tampoco se debe poner un “Buffet” en casa, si se sirve un plato como el del papá, el niño se llenará con solo verlo, no necesita más. Entendamos que el estómago del niño es del tamaño de su puño, así será más fácil comprender esta idea.

 

Es importante entender que no se les debe dar dulces o azúcares, ya que quitan el hambre, por lo cual, terminan reemplazando las comidas normales y esto no ayuda a construir nada.

 

Tampoco los dulces se deben volver el tesoro encantado de las comidas, es decir, "si comes, te doy un dulce", es ahí cuando la comida se convierte en una forma de tener una ganancia secundaria e indirectamente los niños interiorizan: "la comida es tan mala que me tienen que premiar”.

 

Suplementos y remedios poco efectivos

 

Por el último, están los Suplementos, aquellos remedios milagrosos que le van a abrir el apetito al niño; bájense de la nube porque eso "no existe". Hay algunos medicamentos que, como efecto secundario, pueden generar un poco de hambre, pero no es reproducible 100%, o sea, no es útil.

 

Es mejor darle una de las tantas bebidas achocolatadas o afresadas; hay muchas marcas con publicidad suntuosa; si los niños ven que se están reemplazando las comidas principales por una "malteada", ellos la seguirán y comerán esto en cada almuerzo, pues ya no tendrán que masticar, además de que saben ricos.

 

La casa no debe ser un restaurante, y es que, tan pronto se descubre que "Arnulfito" únicamente come pollo, se le sirve esto en el desayuno, el almuerzo y la comida, y esto no es correcto. La conducta adecuada es colocar el sancocho y si a la media hora no ha comido, sin aspavientos, se levanta al niño de la mesa y que espere hasta el siguiente momento de comer.

 

Aprender a conocer a los niños

 

Es de vital importancia comprender que las formas de actuar de un niño, son totalmente distintas a las de un adulto; un niño es un ser humano que está en un constante aprendizaje de patrones y costumbres, toma tiempo que un menor entienda los procesos que los padres ya tienen dominados.

 

Lo más importante para lograr un cambio positivo con los hijos es tener paciencia, todo saldrá poco a poco, conforme nos adecuemos al niño y también, llevemos las recomendaciones al pie de la letra, como el Especialista lo indique, a la par del amor y cariño que los padres tienen por sus hijos. 

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