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El papel de los padres en Psicoterapia Infantil

El papel de los padres en Psicoterapia Infantil

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La redacción de Top Doctors
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Escrito por: La redacción de Top Doctors Fuentes: Top Doctors CO
Editado por: TOP DOCTORS® el 17/03/2023

Llevar a un hijo a Terapia siempre es una decisión difícil para padres y madres. En ocasiones, salen a relucir culpas o disfunciones en la relación de pareja; llevar un seguimiento adecuado es fundamental para atender la salud mental de las infancias

 

 

Cuando los padres toman la decisión de consultar a un Especialista sobre las dificultades emocionales de su hijo o hija, generalmente se ha producido una primera decepción en las expectativas que depositaban en ellos, es decir, aquello que no pudieron ser y que proyectan en sus hijos.

 

A veces los padres tienen suficiente capacidad para soportar esta primera frustración, en otras, será necesario tomar muy en cuenta esta herida a su autoestima, ya que de ello dependerá la colaboración y participación en el tratamiento, requisito indispensable para la cura del paciente.

 

Muchos padres se culpabilizan cuando se diagnostica algún tipo de Trastorno Psicológico en sus hijos, piensan que algo han hecho mal o se sienten malos padres. Cuando este sentimiento es muy fuerte, ello repercutirá en sentido contrario a la cura e incluso podrá provocar la interrupción del tratamiento. Los padres pueden sentirse fácilmente juzgados por el profesional y por ello, tenderán a evitar cualquier consideración respecto a su participación o responsabilidad en las dificultades que atraviesen sus hijos.

 

En las entrevistas con los padres, se tomará muy en cuenta esta identidad parental dañada para articularla de forma pertinente a la disfunción familiar, buscando el sentido del malestar de cada uno.

 

Trabajo conjunto: padres e hijos

 

Según la edad del niño y el tipo de sintomatología, será más necesario el trabajo con los padres, a veces en sesiones conjuntas, otras en sesiones individuales para realizar una investigación retrospectiva de la evolución del niño en profundidad y para tratar aspectos específicos de la vinculación de alguno de los padres.

 

Otras veces la dificultad de los padres consiste en que, a lo largo del tratamiento, la mejoría del hijo pone en cuestión y deja al descubierto las propias carencias-conflictos de la pareja. Permitir la evolución diferenciada y separada del infante conllevará un esfuerzo en reorganizar la dinámica familiar y tratar los aspectos disfuncionales que sustentaban el síntoma. La excesiva atención hacia el síntoma o malestar del hijo produce a menudo la desatención en la relación de pareja, con el consecuente deterioro de las capacidades parentales en juego.

 

Conexión progenitor-hijo

 

De alguna manera, la función materna y la función paterna se inauguran con el deseo de tener un hijo, sea o no consciente. Este deseo forma parte de la estructura de la personalidad, es decir, se conecta con la parte más infantil de nuestro ser. Ser padre o ser madre requerirá de la conexión con el niño que fuimos, con nuestras necesidades y deseos más íntimos. Para ello se tomará en consideración la historia de la pareja, así como las propias historias personales de cada uno de los padres, con sus mitos y creencias.

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