Trastorno Obsesivo - Compulsivo, ¿Qué es y cómo se trata?
Trastorno que se caracteriza por un patrón de pensamientos obsesivos y/o actos compulsivos recurrentes y persistentes que generan una gran angustia e interfieren con la vida diaria de la persona.
¿Cómo se define el Trastornos Obsesivo Compulsivo?
El Trastorno Obsesivo Compulsivo es básicamente un Trastorno de Ansiedad. De hecho, está catalogado en los manuales psiquiátricos y en los manuales de diagnóstico dentro de los Trastornos de Ansiedad. Básicamente consiste en que las personas que padecen este trastorno tienen algunos pensamientos o algunas compulsiones, que son los actos propiamente dichos que intentan solucionar esa angustia.
Y si no lo logran, generalmente estos actos obsesivo-compulsivos están condenados al fracaso, es como la alternativa que encuentran para solucionar su Ansiedad. Lo que pasa es que nunca es 100% exitosa.
¿Cuáles son las diferencias entre obsesión y compulsión?
Básicamente la diferencia entre obsesión y compulsión tiene que ver con que la obsesión es un trastorno del pensamiento. Es un pensamiento que se impone, que por más que lo consideres irracional, que por más que pienses que no tiene nada que ver, que es absurdo, el pensamiento se impone obsesivamente.
Generalmente ese pensamiento va acompañado de un acto, de una compulsión. Esa es, digamos, la diferencia. Las Compulsiones son muchísimas: lavarse las manos, verificar la llave del gas, verificar la llave de la puerta, contar el número de escalones, una cantidad de cosas que están asociadas a evitar la Ansiedad.
Primero aparece una idea obsesiva, una idea que se te impone contundentemente, y después aparece el acto que intenta aliviar esa Ansiedad. Y está relacionado con ese pensamiento obsesivo. Por eso se llama Obsesivo-Compulsivo.
¿Qué causas subyacen al desarrollo del Trastorno Obsesivo - Compulsivo?
Las causas son muy diversas. Hay desde cosas biológicas como los recaptadores de serotonina, que tienen que ver con la dinámica química del cerebro hasta cuestiones sociales. Por supuesto, estamos en una sociedad a la que nos gusta el orden, nos gustan las personas controladoras y obsesivas, rigurosas en sus cosas.
También hay factores de la personalidad. Como para contarte una cosa curiosa del desarrollo psicosexual, lo que pensaba Freud, él había descrito que la libido pasa por distintos lugares del cuerpo para desarrollarse: primero la fase oral, luego la fase anal y finalmente la fase fálica, que después desarrolla el Edipo, entre otras cosas.
Freud pensaba que el Trastorno Obsesivo-Compulsivo estaba centrado en la libido como si hubiese quedado estancada en la fase anal del desarrollo psicosexual. Esta fase tiene que ver con el control de los esfínteres y, de cierta manera, con el placer de controlar.
Lo primero que logras controlar son los esfínteres, y el reconocimiento que eso te produce. Estamos acostumbrados a que las mamás celebran que los niños hagan donde deben hacer, o en el horario en que lo deben hacer. Esa es como una especie de celebración.
La libido fijada en esa etapa hace que después se desarrolle una cantidad de necesidad de control, o relaciones compulsivas a propósito de la limpieza. Esto tiene que ver con la sexualidad anal, el control de las heces y el manejo de lo sucio, lo cochino. Eso es un poco lo interesante que dice el psicoanálisis acerca del Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
¿Qué herramientas o evaluaciones utiliza un especialista para confirmar el diagnóstico?
El diagnóstico básicamente se hace con una sintomatología muy característica. La Ansiedad es central, y el paciente intenta controlarla a través de sus actos compulsivos, fracasando siempre.
Se intenta solucionar la Ansiedad, pero no se logra, porque no tiene que ver con eso. Tiene que ver con cosas muy inconscientes. Entonces, ciertas cosas muy compulsivas intentan aliviar la angustia, pero no lo logran del todo porque la Ansiedad permanece.
La Ansiedad está desplazada en otras cosas, cosas que intentas controlar pero que no has logrado controlar. Y ahí aparecen como en estas compulsiones.
Primero el pensamiento y segundo el acto que va acompañado de ese pensamiento, que intenta aliviar la Ansiedad. Para que no tengan que ver tanto con cosas cotidianas, como contar el número de veces que debes cerrar la llave, o voltear la chapa de la casa, o contar el número de rayitas en el asfalto camino a tu trabajo.
Cosas que no tienen nada que ver con lo cotidiano, pero que, si no lo haces, la Ansiedad incrementa, se vuelve inmanejable. Los pacientes intentan controlar su Ansiedad con estos actos compulsivos, condenados al fracaso.
¿Qué otras condiciones pueden confundirse con el Trastorno Obsesivo – Compulsivo?
Hay ciertas palabras que salen de la jerga psicológica y se vuelven tradicionales, de uso cotidiano. El Psicoanálisis ha vivido mucho esto. Conceptos del Argot psicoanalítico, que tienen una significación dentro del psicoanálisis, salen al lenguaje popular y se vuelven de uso común.
Por ejemplo, pensamos que una persona histérica es alguien de mal genio, cuando no necesariamente esa es la característica central. La histeria tiene que ver con otras condiciones, incluso con la satisfacción sexual, y no necesariamente con el mal genio, aunque en algunos casos sí.
En Psicopatología, por ejemplo, estamos muy acostumbrados a sobre-diagnosticar los Trastornos Bipolares. Decimos que una persona es bipolar porque cambia de ánimo, cuando eso no necesariamente implica un diagnóstico clínico.
Lo mismo pasa con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Si alguien es ordenado, pensamos que es obsesivo-compulsivo. Tiene que ver con la fijación de la libido en la fase anal. Y claro, las personas que pasan por esto son ordenadas, manejan su tiempo adecuadamente, pero el asunto característico es que, a pesar de que intentan controlarlo, no lo logran. Intentan llegar a tiempo, pero no llegan a tiempo, porque siempre están pensando en cómo hacerlo mejor. Es una ansiedad que está a la base.
Las personas ordenadas no necesariamente son compulsivas, ni obsesivas. A quienes les gusta el control en su vida o en sus finanzas, no necesariamente tienen un Trastorno Obsesivo-compulsivo.
¿Cómo se trata este trastorno?
Básicamente lo que hacemos es poner en palabras la Ansiedad. Es un Trastorno de Ansiedad, y lo que pasa es que los pacientes no han podido simbolizar adecuadamente su Ansiedad.
La primera forma que tenemos para simbolizar algo es a través del lenguaje. Para eso necesitas estar acompañado de un Terapeuta. No se trata solamente de hablar sin sentido sobre lo que te pasa, sino de que estés acompañado por alguien entrenado.
Un Terapeuta entrenado en lo que llamamos la asociación libre, en la lucha activa. Un Terapeuta que no te juzgue. Eso es muy importante, que los pacientes se sientan escuchados sin juzgamientos. Ya tienen suficientes voces internas que los juzgan, los critican. Y por fuera también: familia, amigos, conocidos que dicen cosas muy dolorosas.
Entonces, si van a buscar ayuda con un terapeuta, se necesita a alguien que te escuche, que no te juzgue y que intente contigo entender qué es lo que te pasa. Una compulsión muy frecuente es lavarse muchas veces las manos. Entonces la pregunta sería: ¿Qué significan para ti las manos? ¿De qué están untadas, que necesitas limpiarlas tantas veces?
Ese manejo simbólico es el que finalmente intentamos solucionar en Psicoanálisis, en la Psicología Psicoanalítica, para que los pacientes puedan entender un poco más su Ansiedad y a sí mismos.