Todo sobre la Toxina Botulínica

La Toxina Botulínica es una neurotoxina o sustancia química producida por una bacteria llamada Clostridium Botulinium (similar a un veneno), que tiene como consecuencia producir parálisis muscular, aunque sé que suena algo aterrador, la verdad es que no debes tenerle miedo, porque manejado a dosis adecuadas y por manos expertas, es una herramienta maravillosa en el Rejuvenecimiento Facial. 

Además, la Toxina Botulínica tiene un efecto educador de la musculatura facial, por lo que también ejerce un papel preventivo en la aparición de determinadas arrugas de expresión.

¿Sabías que esta Toxina se usa en múltiples áreas de la Medicina?  Así es, no solo la usamos con fines estéticos, también para tratar diferentes condiciones médicas como: espasmos del cuello (Distonía Cervical); sudoración excesiva en axilas, manos o pies (Hiperhidrosis); Vejiga Hiperactiva y Ojo Vago; entre otras.

Una de las preguntas más frecuentes es ¿desde qué edad debo empezar a aplicarlo, debo esperar a tener suficientes arrugas? La respuesta, aunque no lo creas, es que debes iniciar lo antes posible (28, 30 años) la razón es que nosotros hacemos muchos gestos a lo largo de nuestra vida, pues es una manera de expresar nuestras emociones y por estos movimientos repetitivos, se empiezan a marcar las líneas de expresión. 

Dicho de otra manera, “si no gesticulas tanto no te arrugas mucho” ese es el secreto, no gesticular tanto. La idea de este tratamiento, es atenuar estos gestos, buscamos resultados naturales.

Tratamiento con Toxina Botulínica

Existen varios tipos serológicos de Toxina Botulínica, pero la más utilizada es tipo A. Este tratamiento no toma mucho tiempo, es indoloro, no genera incapacidad y los resultados serán evidentes luego del tercer día de la aplicación, pero su efecto máximo se logra luego de los 15 días. Por eso es tan importante acudir al control antes de este tiempo por si es necesario hacer algún retoque.

Este tratamiento tiene una duración entre 4 a 6 meses aproximadamente, pero esto puede variar según cada persona, lo recomendable es aplicarlo 2 a 3 veces por año. 

Aunque es un tratamiento muy seguro, como cualquier procedimiento médico, puede haber complicaciones, pero debes tener en cuenta que no son frecuentes ni permanentes; estas complicaciones pueden ser:

• Hematomas (morados) asimetría
• Ptosis Palpebral (Parpado Caído)

La invitación es que no le tengas miedo, ya que es una herramienta valiosa con la que contamos en la actualidad, hay muchos mitos respecto al uso, pero insisto, bien manejado es fantástico.