El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición del neurodesarrollo que afecta tanto a niños como a adultos, aunque se manifiesta de manera diferente a lo largo de la vida.
¿Qué es el TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se caracteriza por una combinación de síntomas de inatención, Hiperactividad e impulsividad. Estos tres componentes pueden presentarse con distinta intensidad dependiendo de la edad y el género de la persona:
- En niños y adolescentes, predominan la hiperactividad y la impulsividad. Esto puede manifestarse en dificultades escolares, conductas disruptivas y problemas de disciplina
- En adultos, suele ser más evidente la inatención, acompañada de ciertos rasgos de hiperactividad, pero en menor grado
Criterios para el diagnóstico
El diagnóstico del TDAH es clínico, lo que significa que no se requieren pruebas de laboratorio ni estudios de imagen para confirmarlo. En cambio, el proceso se basa en:
- Evaluación de síntomas específicos de Inatención, Hiperactividad e Impulsividad
- Aplicación de escalas y cuestionarios validados
- Análisis cuidadoso de la historia clínica y del comportamiento en distintos contextos (hogar, escuela, trabajo)
Es fundamental realizar un diagnóstico diferencial, ya que muchos síntomas del TDAH pueden confundirse con comportamientos propios de ciertas etapas del desarrollo o con otros trastornos.
Tratamiento del TDAH
El tratamiento es de carácter multimodal y debe ser adaptado a las necesidades individuales del paciente. Incluye:
Tratamiento farmacológico
Es la primera línea terapéutica, especialmente en casos moderados a severos en niños y adolescentes. Se estima que entre el 80% y el 85% de los pacientes responden positivamente a la medicación.
Intervenciones no farmacológicas
- Psicoeducación para pacientes, familias y docentes
- Rehabilitación Neuropsicológica, con foco en funciones ejecutivas y autorregulación
- Terapia Cognitivo-Conductual, adaptada a la edad
- Terapia ocupacional, cuando hay afectación del desempeño funcional
- Pautas de crianza y programas de apoyo para padres
Impacto del TDAH en la vida diaria
El TDAH puede detectarse desde preescolar. Sus efectos en el funcionamiento escolar son significativos:
- Aproximadamente el 30% de los niños con TDAH repite al menos un grado escolar
- Frecuentemente enfrentan problemas disciplinarios y son cambiados de colegio, lo que genera inestabilidad académica, social y familiar
El adulto que no fue tratado adecuadamente en la infancia puede experimentar:
- Dificultades en la vida académica y laboral
- Problemas en relaciones interpersonales
- Alteración en la organización personal y profesional
Se estima que el 40% de los niños con TDAH continúan con síntomas en la edad adulta.
Comorbilidades asociadas con el TDAH
El TDAH suele coexistir con otros Trastornos Psiquiátricos, lo que puede agravar el pronóstico si no se identifican y tratan adecuadamente:
- Trastorno Negativista Desafiante y Trastornos de Conducta: presentes en una proporción significativa
- Trastornos de Ansiedad: afectan aproximadamente al 30% de los casos
- Trastornos Depresivos: comunes en la adolescencia y adultez
Consideraciones de género y heredabilidad
- Los niños presentan con mayor frecuencia un TDAH de tipo combinado (inatención, Hiperactividad e impulsividad)
- Las niñas tienden a manifestar más síntomas de inatención, lo que puede llevar a un diagnóstico más tardío, ya que sus síntomas pasan desapercibidos en el contexto escolar
- La heredabilidad es alta: alrededor del 80% de los casos tienen antecedentes familiares directos con TDAH
Importancia de un diagnóstico adecuado
Aunque los cuestionarios disponibles en línea pueden servir como orientación, el diagnóstico debe ser realizado por un profesional calificado. Un diagnóstico erróneo puede llevar a:
- Tratamientos inadecuados
- Medicación innecesaria o mal administrada
- Aparición de efectos secundarios y falta de respuesta terapéutica
El TDAH es un trastorno complejo, pero tratable. Reconocer sus síntomas, comprender su evolución y abordarlo desde una perspectiva integral puede cambiar significativamente el curso de vida de quienes lo padecen. La intervención temprana y el acompañamiento constante de un especialista en Psiquiatría son claves para minimizar sus efectos y favorecer un desarrollo personal, académico y profesional más estable y satisfactorio.