En Medicina, a veces los milagros no vienen en forma de grandes cirugías o tratamientos revolucionarios, sino en estructuras minúsculas, casi imperceptibles, capaces de cambiar el destino de una persona.
Así son los Stents, pequeñas mallas metálicas o plásticas que, una vez colocadas en el interior del cuerpo, pueden devolver el flujo a una arteria bloqueada, abrir una vía biliar obstruida o permitir que los riñones funcionen nuevamente.
A pesar de su tamaño diminuto, su impacto es enorme. Estas estructuras han transformado por completo el tratamiento de Enfermedades Cardiovasculares, Neurológicas, Renales y Digestivas. Han sustituido cirugías invasivas por procedimientos mínimamente invasivos, acortado tiempos de recuperación y, sobre todo, salvado millones de vidas en todo el mundo.
¿Qué es un Stent y cómo funciona?
Un Stent es una estructura tubular de malla que se implanta dentro de un conducto corporal para mantenerlo abierto. Su función es restaurar o asegurar el paso de líquidos (como sangre, bilis u orina) a través de una vía que se ha estrechado u obstruido por una enfermedad, una lesión o un proceso inflamatorio.
Generalmente fabricados con acero inoxidable, aleaciones como el nitinol o incluso materiales biodegradables, los Stents se colocan por medio de un procedimiento mínimamente invasivo, usualmente guiado por Cateterismo, sin necesidad de cirugía abierta. Una vez implantado, el Stent actúa como un andamio que mantiene el conducto expandido, permitiendo que el órgano recupere su función normal.
Estos dispositivos pueden colocarse en diferentes partes del cuerpo, según el tipo de afección:
- En el corazón, para tratar obstrucciones coronarias
- En las arterias periféricas, para mejorar la circulación en piernas o brazos
- En las arterias carótidas, para prevenir accidentes cerebrovasculares
- En las vías biliares, para aliviar obstrucciones por cálculos o tumores
- En los uréteres, para facilitar el drenaje de los riñones
Tipos de Stents y sus aplicaciones clínicas
Aunque todos comparten un principio común —mantener abierto un conducto—, existen diversos tipos de Stents, cada uno diseñado para una función específica.
Stents Coronarios
Son los más conocidos y utilizados. Se emplean en pacientes con enfermedad arterial coronaria, donde las arterias que nutren el corazón se estrechan por acumulación de placas de grasa (Aterosclerosis). Al colocar un Stent Coronario, se restablece el flujo sanguíneo al músculo cardíaco y se previenen eventos graves como el Infarto.
Existen dos tipos principales:
- Stents metálicos convencionales, que fueron los primeros en utilizarse
- Stents farmacoactivos, que liberan medicamentos de forma controlada para evitar que la arteria vuelva a cerrarse (Reestenosis). Son los más utilizados en la actualidad
Stents Periféricos
Se utilizan en arterias fuera del corazón, como las femorales o poplíteas, especialmente en pacientes con enfermedad arterial periférica. Estos Stents permiten mejorar la circulación, aliviar el dolor al caminar (claudicación intermitente) y prevenir amputaciones.
Stents Carotídeos
Indicados en pacientes con Estenosis de las Arterias Carótidas (en el cuello), que son una de las principales causas de Accidentes Cerebrovasculares. En ciertos casos, los Stents se convierten en una alternativa menos invasiva a la Cirugía de Endarterectomía Carotídea.
Stents Biliares
Empleados en Gastroenterología para resolver obstrucciones en las vías biliares, ya sea por Cálculos, Tumores o Estenosis. Son fundamentales para aliviar la Ictericia Obstructiva y evitar complicaciones hepáticas.
Stents Ureterales
Indicados en casos de obstrucción de los uréteres por Cálculos, Tumores, Fibrosis Retroperitoneal u otras causas. Permiten mantener el flujo de orina del riñón hacia la vejiga y prevenir el deterioro renal.
¿Cuándo se indica la colocación de un Stent?
La decisión de colocar un Stent depende del tipo de patología, el estado clínico del paciente y los riesgos asociados. Algunos de los escenarios más comunes incluyen:
- Infarto Agudo de Miocardio: donde el Stent se coloca de emergencia para reabrir una arteria coronaria ocluida y minimizar el daño al corazón
- Angina Crónica: cuando hay obstrucción significativa que limita la calidad de vida
- Estenosis Carotídea Severa: para prevenir un ACV en pacientes con alto riesgo quirúrgico
- Obstrucciones malignas de las vías biliares: en pacientes con Cáncer Pancreático o Colangiocarcinoma
- Hidronefrosis por obstrucción ureteral: para preservar la función renal
En todos estos casos, el Stent ofrece una solución menos invasiva que la cirugía tradicional y permite una recuperación más rápida.
¿Cómo se coloca un Stent? Procedimiento paso a paso
La colocación de un Stent es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza en una sala de hemodinamia o intervención guiada por imagen. En términos generales, el proceso consiste en:
- Acceso Vascular: se introduce un catéter (tubo delgado) a través de una arteria, generalmente desde la muñeca (radial) o la ingle (femoral)
- Navegación y localización: con ayuda de rayos X en tiempo real, el catéter se guía hasta el sitio de la obstrucción
- Colocación del Stent: el Stent, montado sobre un balón desinflado, se posiciona en la zona afectada
- Expansión: se infla el balón para expandir el Stent, que se adhiere a las paredes del vaso
- Retiro del Catéter: el balón se desinfla y el sistema se retira, dejando el Stent implantado
En la mayoría de los casos, el paciente puede estar despierto durante el procedimiento y permanecer hospitalizado solo por 24 a 48 horas.
¿Qué riesgos tiene la colocación de un Stent?
Aunque es una técnica segura y muy efectiva, existen algunos riesgos asociados que pueden variar según el tipo de procedimiento y la condición del paciente. Entre las posibles complicaciones están:
- Formación de coágulos dentro del Stent (Trombosis)
- Reobstrucción o Reestenosis del vaso tratado
- Sangrado o hematomas en el sitio de punción
- Reacciones alérgicas al material del Stent o al medio de contraste
- Daño renal en pacientes con función comprometida
El manejo cuidadoso del procedimiento, la experiencia del equipo médico y el seguimiento posterior reducen notablemente estos riesgos.
Cuidados después de recibir un Stent
Tras la colocación de un Stent, especialmente si se trata de un Stent coronario, el paciente debe cumplir con un tratamiento antiplaquetario dual (aspirina más clopidogrel o similar) durante un periodo determinado, para evitar Trombosis del dispositivo.
Además, se recomiendan medidas integrales para mantener la salud vascular a largo plazo:
- Control estricto de la presión arterial, colesterol y glucosa
- Ejercicio físico moderado y supervisado
- Alimentación balanceada, reducida en grasas trans y azúcares simples
- Cese del hábito tabáquico
- Consultas de seguimiento periódicas
El Stent no elimina la enfermedad de base, pero permite estabilizarla. Por eso, el compromiso del paciente con su estilo de vida y su tratamiento es fundamental.
Avances tecnológicos en el diseño de Stents
En las últimas décadas, la tecnología de los Stents ha avanzado significativamente. Hoy existen dispositivos con mayor biocompatibilidad, estructuras más flexibles y diseños personalizados según la anatomía del paciente.
Algunos desarrollos destacados son:
- Stents Bioabsorbibles: que se disuelven gradualmente una vez cumplida su función, reduciendo el riesgo a largo plazo
- Stents recubiertos con fármacos: que liberan medicamentos para evitar la formación de tejido cicatricial
- Stents con navegación asistida por IA o robótica: que permiten una colocación más precisa
- Stents cubiertos (covered stents): utilizados en casos especiales como aneurismas o fístulas
Estos avances no solo han mejorado los resultados clínicos, sino que han ampliado el espectro de pacientes que pueden beneficiarse del procedimiento.
¿Qué especialista realiza la colocación de un Stent?
Dependiendo del caso, la colocación del Stent puede estar a cargo de:
- Cardiólogos intervencionistas, en casos de enfermedad coronaria
- Radiólogos intervencionistas para patologías biliares, vasculares o renales
- Urólogos o Gastroenterólogos para Stents ureterales o biliares, respectivamente
Elegir un especialista con experiencia es clave para garantizar la seguridad y eficacia del procedimiento.
Pequeñas estructuras, grandes decisiones
Los Stents son una prueba de que, en Medicina, la tecnología más pequeña puede generar los cambios más grandes. Gracias a estos dispositivos, hoy es posible restaurar el flujo sanguíneo en minutos, evitar cirugías mayores y ofrecer soluciones eficaces a problemas antes considerados críticos.
Sin embargo, el éxito de un Stent no está solo en su colocación, sino en el seguimiento, el compromiso del paciente y la calidad del equipo médico. Porque a veces, salvar una vida depende de algo tan pequeño como un Stent… y tan valioso como el acceso a una Medicina bien hecha.