La Obesidad ha dejado de ser vista como un simple problema estético o resultado de malos hábitos para reconocerse hoy como una Enfermedad Crónica, compleja y multifactorial que afecta la salud física, emocional y social de millones de personas en todo el mundo.
Una enfermedad con múltiples causas
La Obesidad es una Enfermedad Crónica y compleja que no puede explicarse ni tratarse desde un solo ángulo. Su origen es multifactorial, lo que significa que factores emocionales, metabólicos, genéticos y conductuales intervienen tanto en su aparición como en su tratamiento. En consecuencia, su abordaje terapéutico también debe ser multifactorial.
Si bien los cambios en el estilo de vida, específicamente la dieta y el ejercicio, son la base del tratamiento, esto no es suficiente si no se atienden otros aspectos fundamentales como el estado emocional o posibles alteraciones metabólicas.
El componente emocional: una barrera para el tratamiento
Uno de los primeros factores que deben evaluarse al tratar a un paciente con Obesidad es su salud mental. Condiciones como la Ansiedad o la Depresión pueden dificultar enormemente la adherencia a un plan de Pérdida de Peso.
Por ejemplo, si una persona con Obesidad también sufre de Trastorno de Ansiedad no tratado, resultará muy difícil integrarla efectivamente a un programa estructurado de control de peso. En estos casos, el tratamiento farmacológico y psicológico para la Ansiedad debe anteceder o acompañar cualquier otro tipo de intervención.
Trastornos Metabólicos asociados: más allá del peso
Además del componente emocional, deben investigarse y corregirse otros Trastornos Metabólicos que pueden estar contribuyendo al exceso de peso, como:
- Resistencia a la Insulina
- Dislipidemia (colesterol y triglicéridos altos)
- Prediabetes o Diabetes
- Hipotiroidismo
El tratamiento farmacológico adecuado de estos problemas es esencial para que el plan de manejo de la Obesidad tenga éxito.
La importancia del trabajo multidisciplinario
Tratar la Obesidad sin la colaboración de un equipo de profesionales de diversas áreas (Nutrición, Psicología, Medicina General, Endocrinología, entre otros) es un error frecuente que reduce las probabilidades de éxito a corto, mediano y largo plazo.
En un programa integral de Obesidad, el objetivo es mantener al paciente en seguimiento por al menos 12 meses antes de considerar opciones terapéuticas más invasivas, como la Cirugía Bariátrica.
Momento ideal para considerar la Cirugía Bariátrica
La Cirugía Bariátrica no debe ser la primera opción. Está indicada en pacientes con:
- Índice de Masa Corporal (IMC) mayor de 40
- IMC mayor de 35 con enfermedades asociadas, como Apnea del Sueño severa, Hipertensión descontrolada, Diabetes Tipo 2 que requiere tratamiento intensivo o falla cardíaca relacionada con el peso
Aunque ofrece los mejores resultados en cuanto a Pérdida de Peso sostenida, también conlleva riesgos significativos si no se maneja adecuadamente en el tiempo.
La Obesidad y la calidad de vida
Un indicador clave para evaluar la necesidad de tratamiento es la limitación de la funcionalidad. Si una persona ya no puede caminar unas cuadras sin fatiga, presenta Dolores Articulares constantes o dificultades cognitivas, es probable que su Obesidad esté comprometiendo su calidad de vida. Estos síntomas deben servir como señales de alarma para buscar atención médica oportuna.
Mitos comunes: ¿el Hipotiroidismo es la causa principal?
Es cierto que el Hipotiroidismo puede ser un factor en el aumento de peso, pero en la mayoría de los casos, el incremento de peso está relacionado con malos hábitos alimenticios y sedentarismo.
El primer paso es siempre revisar los patrones de alimentación y actividad física antes de buscar explicaciones médicas más complejas.
Factores de riesgo heredados: cómo romper el ciclo
No heredamos únicamente características físicas. También heredamos factores de riesgo, como la predisposición a Enfermedades Metabólicas (Diabetes, Hipertensión, Obesidad).
Sin embargo, tener antecedentes familiares no significa que estemos condenados. Con una alimentación balanceada, actividad física constante y conciencia de estos riesgos, es posible romper el ciclo y prevenir complicaciones.
El impacto de la dieta en Sudamérica
Uno de los principales problemas en países como Colombia y otros de Sudamérica es el consumo excesivo de alimentos con alto índice glucémico, como arroz, papa, yuca, plátano, pan y pasta.
Estos alimentos elevan rápidamente los niveles de azúcar en sangre, y si no son utilizados como energía mediante actividad física, el cuerpo los transforma en grasa. Es fundamental equilibrar su ingesta con ejercicio regular para evitar el desarrollo de Obesidad.
Hacia una cultura alimentaria más consciente
Afortunadamente, en Sudamérica aún se tiene acceso a una amplia variedad de frutas y verduras frescas. Aprovechar estos recursos y cambiar los paradigmas alimentarios puede marcar una gran diferencia.
El etiquetado de alimentos con alto contenido de azúcar, como ya se está implementando en algunos países, es una medida positiva. Pero el verdadero cambio comienza en casa, educándonos sobre cómo nutrir nuestro cuerpo de manera adecuada.
Acude a un especialista
La Obesidad no es simplemente un problema de “comer de más”. Es una condición compleja que requiere un enfoque integral, personalizado y multidisciplinario. Atender los factores emocionales, corregir Trastornos Metabólicos y modificar hábitos alimenticios son pilares fundamentales en su tratamiento.
Acudir tempranamente al especialista puede marcar la diferencia entre controlar la enfermedad o sufrir sus consecuencias a largo plazo.