¿Qué es la Oxigenoterapia?
La Oxigenoterapia es un tratamiento médico que consiste en la administración de oxígeno adicional a pacientes que presentan niveles insuficientes de oxígeno en la sangre, una condición conocida como Hipoxemia.
Este tratamiento es fundamental en el manejo de diversas condiciones agudas y crónicas que afectan la capacidad del cuerpo para obtener o utilizar oxígeno adecuadamente, incluyendo Enfermedades Pulmonares Obstructivas Crónicas (EPOC), Fibrosis Quística, Neumonía, y episodios de Apnea del Sueño, entre otros.
La Oxigenoterapia ayuda a mantener un nivel adecuado de oxigenación en los tejidos del cuerpo, esencial para el funcionamiento correcto de los órganos vitales, especialmente el cerebro, el corazón y los pulmones.
Se puede administrar en hospitales, clínicas o en el hogar, de forma continua o intermitente, según el diagnóstico y la necesidad del paciente.
¿Por qué se realiza la Oxigenoterapia?
La Oxigenoterapia se indica en diversas condiciones clínicas que impiden que los pulmones suministren suficiente oxígeno al cuerpo. El objetivo principal es mejorar la oxigenación, disminuir la dificultad respiratoria, aumentar la tolerancia al ejercicio y mejorar la calidad de vida del paciente.
Este tratamiento se indica para:
- Mejorar la oxigenación tisular en situaciones de Hipoxemia
- Disminuir el trabajo respiratorio y miocárdico, al reducir la demanda de oxígeno de los tejidos
- Prevenir o tratar complicaciones asociadas con la falta de oxígeno, como daño cerebral o Insuficiencia Orgánica
Además, se recomienda en casos de Asma severa, Hipertensión Pulmonar, COVID-19 u otras infecciones respiratorias agudas, Insuficiencia Cardíaca Congestiva con Hipoxia y como postoperatorio de Cirugías Torácicas o Cardiacas.
¿En qué consiste la Oxigenoterapia?
La Oxigenoterapia puede administrarse de diversas formas, dependiendo de la necesidad clínica del paciente:
- Oxigenoterapia Normobárica: administración de oxígeno a concentraciones entre el 21% y el 100% mediante dispositivos como cánulas nasales, mascarillas simples o de alto flujo, y sistemas tipo Venturi
- Oxigenoterapia Hiperbárica: suministro de oxígeno al 100% en una cámara presurizada a presiones superiores a la atmosférica, utilizada en casos específicos como intoxicación por monóxido de carbono o heridas crónicas
- Cánula nasal: tubo delgado con dos puntas que se colocan en las fosas nasales. Es el método más común para oxigenación de bajo flujo
- Mascarilla facial simple: cubre nariz y boca; permite mayor concentración de oxígeno
- Mascarilla con reservorio (no-rebreather): para oxigenación de emergencia a alta concentración
- Oxigenoterapia de alto flujo (OAF): combina flujo de oxígeno alto con humidificación y calor; útil en crisis respiratorias agudas
- Ventilación mecánica no invasiva (BiPAP/CPAP): en pacientes con apnea del sueño o enfermedades neuromusculares
- Ventilación invasiva: en pacientes en estado crítico o inconscientes, por intubación endotraqueal
La fuente de oxígeno puede ser un tanque de oxígeno comprimido, concentradores de oxígeno eléctricos o sistemas portátiles para uso domiciliario.
Preparación para el Procedimiento
La preparación para la Oxigenoterapia incluye una evaluación médica completa para determinación de la necesidad de oxígeno mediante pruebas como la Pulsioximetría o Gasometría Arterial.
Una vez determinada la cantidad de oxígeno, se selecciona el dispositivo adecuado, cánula nasal, mascarilla o cámara hiperbárica según la condición del paciente. Además, el especialista dará instrucciones al paciente sobre el uso correcto del equipo y medidas de seguridad, como evitar fuentes de ignición cerca del oxígeno, mantenimiento, control de flujo y detección de complicaciones.
Cuidados tras la intervención
Si bien la oxigenoterapia es segura, se deben tener en cuenta ciertos cuidados, especialmente en tratamientos a largo plazo:
- Mantenimiento del equipo: revisión periódica de los dispositivos para asegurar su funcionamiento adecuado
- Atención a efectos secundarios: vigilancia de posibles complicaciones como toxicidad por oxígeno o irritación de las vías respiratorias
- Evitar el uso de llamas o cigarrillos cerca del oxígeno (riesgo de incendio)
- Hidratar las mucosas con humidificadores si se resecan
- Revisar el flujo y duración de los tanques o concentradores
- Consultar al médico ante síntomas como dolor torácico, cambios en el ritmo respiratorio o coloración azulada en los labios o uñas
La monitorización continua es clave para ajustar el tratamiento y evitar complicaciones como la Hiperventilación por exceso de oxígeno.
Alternativas a este tratamiento
En situaciones donde la Oxigenoterapia no es suficiente o está contraindicada, se pueden considerar:
- Ventilación Mecánica: uso de respiradores para asistir o controlar la respiración
- Oxigenoterapia Hiperbárica: como alternativa en casos específicos de Hipoxia severa
- Tratamientos Farmacológicos: uso de medicamentos para mejorar la función respiratoria o cardiovascular
- Rehabilitación Pulmonar: ejercicios físicos y respiratorios supervisados
- Medicamentos Broncodilatadores o Antiinflamatorios
- Terapias Dirigidas a la Enfermedad base (por ejemplo, control de la EPOC o Asma)
- Trasplante Pulmonar, en casos extremos y seleccionados
¿Qué especialista realiza la Oxigenoterapia?
El especialista encargado de indicar, ajustar y monitorear la oxigenoterapia es el Neumólogo, médico experto en enfermedades respiratorias. También pueden intervenir Médicos Internistas o Intensivistas, Neumólogos Pediatras, especialistas en Medicina del Sueño, Cardiólogos o Fisioterapeutas Respiratorios.