Várices: ¿Por qué vuelven, cómo tratarlas y cuándo operarlas?

Publicado el: 29/05/2025 Editado por: Amairani Rua el 29/05/2025

Las Várices son venas hinchadas y retorcidas que se encuentran justo debajo de la piel. Aunque pueden aparecer en otras partes del cuerpo, son más comunes en las piernas.

 

¿Cuáles son las Enfermedades Venosas más comunes y cómo afectan la calidad de vida de los pacientes?

La Enfermedad Venosa más común es la Insuficiencia Venosa Superficial, una condición altamente prevalente que afecta la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Se estima que entre el 30 y 40% de la población mundial puede experimentar algún síntoma relacionado con esta patología, también conocida como Enfermedad de las Várices.


La Enfermedad Venosa afecta a los pacientes de múltiples maneras. Inicialmente, se manifiesta a nivel estético, lo que genera incomodidad, especialmente en mujeres, quienes suelen modificar su forma de vestir, evitando ropa corta y cubriéndose más. Esta situación afecta directamente la Autoestima.


A medida que la enfermedad progresa, aparecen síntomas físicos como:

  • Picor en las piernas
  • Sensación de pesadez
  • Cansancio
  • Dolor


Cuando no se recibe tratamiento o seguimiento médico adecuado, pueden presentarse cambios irreversibles en la piel, como:

  • Hinchazón crónica
  • Coloración oscura
  • Formación de úlceras venosas, heridas dolorosas que requieren atención especializada


¿Cuáles son los síntomas de las Várices y cuándo es necesario acudir con un especialista?

Las Várices pueden tener distintos grados de presentación, y con ellas, diversos síntomas:

Fase inicial (estética)

  • Presencia de arañas vasculares (venas pequeñas visibles en la piel)

Fase intermedia (síntomas físicos)

  • Cansancio
  • Pesadez en piernas
  • Calambres
  • Dolor

Fase avanzada

  • Coloración oscura de la piel
  • Pérdida de vello en piernas
  • Úlceras venosas


¿Cómo se pueden prevenir las Enfermedades en las Venas, especialmente en personas con factores de riesgo?

La causa principal de la Insuficiencia Venosa es genética o hereditaria, en un 99% de los casos. No obstante, existen factores que aumentan el riesgo o aceleran su aparición:

  • Permanecer mucho tiempo de pie o sentado sin pausas activas
  • Tener Sobrepeso u Obesidad
  • Uso de anticonceptivos orales o terapia hormonal en la Menopausia
  • Embarazo (puede desencadenar Várices transitorias o permanentes)


¿Qué tratamientos existen para las Várices y la Insuficiencia Venosa?

El tratamiento de la Enfermedad Venosa varía según el grado de avance y la condición de cada paciente. Las opciones disponibles van desde terapias físicas hasta procedimientos quirúrgicos:

Medidas físicas

  • Uso de medias de compresión graduada, que mejoran el retorno venoso al estimular los músculos de la pantorrilla
  • Actividad física regular para mejorar la circulación

Tratamiento farmacológico

  • Uso de flebotónicos, que pueden ser: naturistas por respaldo clínico y medicamentos indicados

Tratamientos intervencionistas

  • Arañas vasculares: Escleroterapia, Radiofrecuencia Cutánea y Láser Transdérmico
  • Várices de mayor tamaño: Radiofrecuencia o Láser Endovenoso, uso de espumas esclerosantes y Variceptomía o microvariceptomía (microcirugías para extraer venas dañadas)


Algunas técnicas combinan radiofrecuencia, espuma y dispositivos mecánicos que actúan sobre la pared interna de las venas para sellarlas. La elección del tratamiento dependerá del estadio de la enfermedad y la evaluación individual de cada paciente.


No todos los tratamientos son adecuados para todos los pacientes. Por ello, es clave consultar con un especialista en Cirugía Vascular que pueda ofrecer un abanico completo de opciones terapéuticas, tanto mínimamente invasivas como quirúrgicas abiertas.


Una evaluación personalizada permite determinar cuál es el mejor abordaje según el tipo de várices, su tamaño y evolución. Cuando se ofrece un solo tratamiento para todos los casos, probablemente no se está brindando el manejo más adecuado.


¿Cuál es la relación entre los problemas Venosos con el estilo de vida?

Aunque no existe un alimento específico que provoque Enfermedad Venosa, sí se ha observado una mayor prevalencia en personas con:

  • Sedentarismo
  • Sobrepeso u Obesidad

Por lo tanto, se recomienda:

  • Mantener un estilo de vida saludable
  • Realizar ejercicio regular (caminar tres veces por semana, por ejemplo)
  • Evitar el Sobrepeso
  • Llevar una alimentación natural y equilibrada


Estas medidas ayudan a reducir el riesgo de desarrollar Várices o de experimentar una progresión severa de la enfermedad, especialmente en quienes ya tienen predisposición genética.


¿Qué recomendación le daría a algún paciente que ya tuvo un tratamiento y puede evitar alguna complicación o recaída?

La Enfermedad Venosa es crónica y no tiene cura, pero puede controlarse eficazmente. Uno de los errores comunes es la falta de seguimiento después de un tratamiento inicial. Muchos pacientes, especialmente aquellos tratados en sistemas públicos de salud, presentan recurrencias por la ausencia de controles periódicos.


Se recomienda:

  • Realizar seguimiento con un Cirujano Vascular al menos una vez al año
  • Aplicar tratamientos en consultorio como Escleroterapia periódica (una o dos veces al año, según la carga genética)
  • Usar medias de compresión en jornadas prolongadas de pie o sentados
  • Mantener un peso saludable y una rutina de ejercicio moderada


Estas estrategias ayudan a retrasar la progresión y a evitar intervenciones quirúrgicas innecesarias en el futuro.

Cirugía Vascular en Medellín

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