No tener un menisco en buen estado como amortiguador puede tener consecuencias significativas para la rodilla.
La Lesión de los Meniscos comprende, primero que todo, hablar de qué es el menisco. Este componente es el principal amortiguador de la rodilla y se encuentra ubicado entre el hueso fémur y el hueso de la tibia. Su función principal es ayudar a absorber impactos y facilitar algunos movimientos rotacionales de la rodilla.
Causas de Lesiones Meniscales
Las Lesiones Meniscales suelen estar relacionadas con la práctica deportiva o algún trauma indirecto que afecta la rodilla. Estos traumas generalmente implican movimientos rotacionales, donde el pie permanece relativamente fijo mientras la tibia y el fémur se ven sometidos a una fuerza rotacional.
También pueden ocurrir desviaciones traumáticas de la rodilla hacia adentro o hacia afuera, conocidas como valgo y varo, respectivamente. Estos movimientos pueden ocasionar lesiones en los meniscos, ya sea en el menisco interno o externo.
No tener un menisco en buen estado como amortiguador puede tener consecuencias significativas para la rodilla. Uno de los problemas más comunes es la pérdida de calidad en el cartílago y la lubricación de la articulación. Esto puede conducir a la Gonartrosis o Artrosis de Rodilla, que se caracteriza por dolor y desgaste en la articulación.
Tratamiento de las Lesiones Meniscales
El tratamiento de las Lesiones Meniscales depende del tipo de lesión. Hay dos categorías principales:
- Lesiones traumáticas
- Lesiones degenerativas
No todas las lesiones traumáticas requieren cirugía, y no todas las lesiones degenerativas pueden tratarse quirúrgicamente. La decisión se basa en las necesidades individuales del paciente.
En el caso de lesiones traumáticas, el tratamiento suele ser quirúrgico y se realiza de manera mínimamente invasiva mediante Artroscopia. Este procedimiento puede implicar la remodelación del menisco, eliminando la parte dañada, o la sutura meniscal, que busca reparar la lesión.