Cuando hablamos de salud cardiovascular, la mayoría de las personas piensa automáticamente en el colesterol o la presión arterial. Pero hay un factor de riesgo que rara vez se menciona y que puede ser decisivo en la prevención de infartos o accidentes cerebrovasculares: la Lipoproteína (a), también conocida como Lp(a).
Este componente, poco conocido y aún menos diagnosticado, ha sido calificado por muchos especialistas como el enemigo silencioso del corazón. ¿Qué es, por qué representa un riesgo y quién debería prestarle atención? Aquí te lo explicamos.
¿Qué es la Lipoproteína (a)?
La Lipoproteína (a), o Lp(a), es una partícula presente en la sangre compuesta por grasa y proteína. Es muy similar al llamado colesterol LDL o "colesterol malo", pero con una particularidad: contiene un componente adicional llamado apolipoproteína(a). Este añadido vuelve a la Lp(a) especialmente peligrosa, ya que contribuye a la formación de placas en las arterias y favorece la aparición de trombos.
Una característica clave de la Lp(a) es que sus niveles están determinados genéticamente. A diferencia del Colesterol común, la dieta o el estilo de vida no influyen significativamente en su concentración en sangre. Esto significa que una persona puede llevar una vida saludable y aun así tener niveles elevados de Lp(a) sin saberlo.
¿Por qué se le llama “el enemigo silencioso”?
La razón por la cual se ha ganado este apodo es simple pero alarmante: no produce síntomas. Una persona puede tener niveles muy altos de Lp(a) y sentirse completamente bien, incluso si su colesterol y su presión arterial están dentro de rangos normales.
Este carácter silencioso es lo que la hace tan peligrosa. La Lp(a) se asocia con un riesgo aumentado de enfermedades cardiovasculares como:
Y lo más preocupante: en muchos países, esta partícula no se mide de forma rutinaria en los análisis de sangre convencionales. Esto deja a miles de personas con un riesgo latente sin identificar.
¿Quiénes deberían hacerse la prueba de Lipoproteína (a)?
Aunque lo ideal sería que todas las personas conozcan sus niveles de Lp(a) al menos una vez en la vida, hay ciertos grupos que deben considerarlo prioritario:
- Personas con antecedentes familiares de Enfermedad Cardiovascular precoz
- Quienes han sufrido un infarto o ACV a edad temprana
- Aquellos con Colesterol elevado que no responde adecuadamente al tratamiento convencional
- Deportistas que han presentado Síncope o Dolor Torácico inexplicado durante el esfuerzo físico
En estos casos, una prueba específica de sangre puede ayudar a detectar a tiempo un riesgo que de otro modo pasaría desapercibido.
¿Existe tratamiento para la Lp(a) elevada?
Actualmente, no existe un tratamiento específico aprobado para reducir directamente la Lp(a). Sin embargo, la investigación médica avanza rápidamente y se están desarrollando opciones terapéuticas prometedoras.
Mientras tanto, la estrategia se centra en controlar con firmeza los demás factores de riesgo cardiovascular, como:
- Mantener el colesterol LDL en niveles óptimos
- Controlar la presión arterial
- Vigilar la glucosa en sangre
- Adoptar hábitos de vida saludables: alimentación equilibrada, ejercicio regular, evitar el tabaco
En algunos casos, los médicos pueden recurrir a medicamentos como las estatinas o los inhibidores de PCSK9, estos últimos inyectables, para controlar el riesgo global, aunque su efecto sobre la Lp(a) no es directo.
Un llamado a la acción: tu salud puede depender de un análisis
Es importante que todas las personas soliciten la prueba si tienen antecedentes familiares o factores de riesgo. Es un simple análisis de sangre, pero puede marcar la diferencia.
Detectar niveles elevados de Lp(a) a tiempo puede cambiar por completo el curso de la salud cardiovascular de una persona. En muchas clínicas especializadas ya es posible realizar este análisis y recibir orientación personalizada sobre cómo reducir el riesgo cardiovascular global.
La Lipoproteína (a) es un factor que no se ve, no se siente, pero puede tener un impacto enorme. Conocer tus niveles puede salvarte la vida.
Si tienes antecedentes familiares, has tenido eventos cardiovasculares tempranos o simplemente quieres conocer mejor tu riesgo, consulta con un especialista en Cardiología. Nunca es demasiado pronto para prevenir.
