Durante la Menopausia, muchas mujeres experimentan cambios significativos en su salud íntima, producto de la disminución hormonal característica de esta etapa. Entre los síntomas más comunes se encuentran la resequedad vaginal, la pérdida de elasticidad y el disconfort durante las relaciones sexuales.
Frente a estas molestias, el tratamiento con láser vaginal se ha consolidado como una alternativa eficaz, segura y mínimamente invasiva para mejorar la calidad de vida de las mujeres menopáusicas.
¿Por qué la Menopausia afecta la salud vaginal?
La Menopausia se caracteriza por una marcada reducción en la producción de hormonas sexuales, principalmente estrógenos. Esta caída hormonal impacta directamente sobre los tejidos de la zona urogenital, provocando un proceso conocido como Atrofia Vulvovaginal.
Esta condición implica una disminución del grosor y elasticidad de la mucosa vaginal, reducción de la lubricación natural y alteraciones en el pH, lo que puede generar:
- Resequedad vaginal persistente
- Ardor o picazón
- Dolor o molestias durante las relaciones sexuales (dispareunia)
- Mayor predisposición a infecciones urinarias o vaginales
Estos cambios no solo afectan el bienestar físico, sino también la vida sexual, emocional y relacional de muchas mujeres.
¿Cómo actúa el tratamiento con láser vaginal?
El tratamiento con Láser Vaginal —utilizado específicamente en el canal vaginal— tiene como objetivo regenerar los tejidos afectados por la atrofia. A través de una energía lumínica controlada, el láser estimula la producción natural de colágeno y elastina, dos componentes esenciales para mantener la elasticidad, hidratación y firmeza de los tejidos.
Este proceso desencadena una renovación del epitelio vaginal, mejora la vascularización y favorece la recuperación del trofismo vaginal, todo sin necesidad de incisiones ni recuperación prolongada.
Principales beneficios del láser en mujeres menopáusicas
Las mujeres que se someten a este tipo de tratamiento reportan una mejoría significativa en los siguientes aspectos:
- Mejoría del trofismo vaginal: el tejido recupera su grosor y aspecto saludable
- Aumento del tono vaginal: favorece la firmeza de la pared vaginal
- Reducción de la atrofia vaginal: disminuye síntomas como el ardor, picazón o dispareunia
- Incremento de la lubricación natural: mejora la hidratación, facilitando relaciones sexuales más cómodas
En conjunto, estos efectos contribuyen no solo a la salud física, sino también al bienestar emocional y sexual de la mujer en esta etapa.
¿Es un tratamiento seguro?
Sí. El tratamiento con Láser Vaginal es considerado seguro cuando se realiza bajo supervisión médica, específicamente por un especialista capacitado en Ginecología Láser. No requiere anestesia ni hospitalización, y el riesgo de efectos adversos es bajo.
Sin embargo, como todo procedimiento médico, debe haber una evaluación individualizada previa para determinar si la paciente es candidata adecuada, considerando su historia clínica y estado general de salud.
¿Cuántas sesiones se necesitan y cuánto duran los efectos?
El protocolo habitual consta de 3 a 4 sesiones, espaciadas en intervalos definidos por el especialista. La duración de los efectos puede variar según cada mujer, pero en general se ha observado una eficacia sostenida por 4 a 5 años, dependiendo del estilo de vida, la respuesta individual al tratamiento y otros factores asociados.
Para mantener los resultados a largo plazo, se recomienda una sesión de mantenimiento anual.
Este tipo de intervención representa una opción no hormonal, eficaz y con respaldo clínico para mujeres que buscan mejorar su calidad de vida durante la menopausia, especialmente aquellas que no pueden o no desean utilizar tratamientos hormonales tradicionales.
Si está considerando el tratamiento con Láser Vaginal, es fundamental consultar con un profesional especializado, quien podrá guiarle en todo el proceso y ofrecer una evaluación personalizada.
