La piel —ese extenso mapa de sol, tiempo y memorias— guarda en su superficie los signos de lo vivido. Pero también puede ser escenario de amenazas invisibles que crecen en silencio, como el Cáncer.
Frente a esa amenaza, la Medicina ha respondido con una técnica que conjuga arte y precisión: la Cirugía Micrográfica de Mohs. Esta intervención no solo extirpa el tumor con la mayor eficacia posible, sino que lo hace cuidando cada milímetro de piel sana. Actualmente, Mohs no es solo una cirugía, sino una visión de futuro: curar sin borrar.
Cáncer de Piel: Una realidad creciente
El Cáncer de Piel es el tipo de Cáncer más común en el mundo. Según datos recientes, el Carcinoma Basocelular representa aproximadamente el 80 % de los casos, seguido del Carcinoma Escamocelular (15 %) y el Melanoma (5 %).
En Colombia, su incidencia va en aumento, particularmente en adultos mayores y personas expuestas crónicamente al sol, como agricultores, pescadores o habitantes de zonas rurales y costeras.
Aunque muchos casos pueden tratarse con métodos convencionales, existe un porcentaje creciente de Tumores Cutáneos que requieren abordajes especializados por su agresividad, localización en zonas delicadas (como nariz, párpados o labios) o por haber reaparecido tras tratamientos previos. Es aquí donde la Cirugía de Mohs se convierte en el tratamiento ideal.
¿Qué es la Cirugía de Mohs?
La Cirugía Micrográfica de Mohs, desarrollada por el Dr. Frederic E. Mohs en la década de 1930, es un procedimiento quirúrgico especializado que permite eliminar completamente un Cáncer de Piel mientras se preserva la mayor cantidad posible de tejido sano. Su particularidad es que se realiza en etapas, con análisis microscópico inmediato de los márgenes del tejido extraído en cada fase.
A diferencia de la cirugía convencional, que retira el tumor con un margen de seguridad estimado, Mohs analiza el 100 % de los bordes del tumor bajo microscopio en tiempo real, asegurando que no queden células cancerosas residuales. Lo cual se traduce en tasas de curación más altas y menor necesidad de reintervenciones.
Cómo se realiza la Cirugía Micrográfica de Mohs: técnica paso a paso
La Cirugía Micrográfica de Mohs es ideal para Cánceres Cutáneos en cabeza, cuello, manos, pies o genitales; consiste en una extirpación inicial en la que se retira la porción visible del tumor.
Posteriormente, se realiza un análisis microscópico donde el tejido se congela, se corta en láminas delgadas y se tiñe, seguido de un mapeo y revisión en el que se identifican las zonas donde persiste el Cáncer.
Una vez realizado el mapeo, se realiza una nueva resección selectiva en la que se eliminan solo las áreas con tumor residual, y se repite el procedimiento hasta obtener márgenes libres.
Este proceso puede repetirse varias veces en una misma sesión, suele durar entre dos y cuatro horas, hasta confirmar que no queda tejido tumoral, culminando con reconstrucción cuando sea necesario. Todo esto se realiza en un mismo día y bajo anestesia local.
La recuperación incluye cuidado de la herida, revisión médica y atención en reconstrucción; el seguimiento a largo plazo es clave por el riesgo de nuevos Cánceres Cutáneos.
Eficacia comprobada: tasas de curación que impresionan
Numerosos estudios han demostrado la superioridad de la Cirugía de Mohs frente a otros tratamientos, con una tasa de curación del 99 % en Carcinomas Basocelulares Primarios, y alrededor del 94‑97 % en Tumores Recurrentes o Escamocelulares.
Además de una mayor tasa de éxito en zonas de riesgo como párpados, nariz y orejas; y una baja tasa de recurrencia a largo plazo (menos del 2%).
Estos resultados convierten a Mohs en la opción preferida para casos complejos, recurrentes o de alto riesgo, especialmente en pacientes inmunosuprimidos o con historial de múltiples Cánceres de Piel.
Más allá de la cura: beneficios estéticos y funcionales
Uno de los grandes logros de la Cirugía de Mohs es su capacidad para preservar tejido sano. Esto tiene un impacto directo en la estética y funcionalidad, especialmente cuando los tumores se encuentran en el rostro o zonas visibles:
- Las cicatrices son más pequeñas y discretas
- Se minimiza la necesidad de injertos o cirugías reconstructivas
- Se conservan funciones esenciales (visión, respiración, fonación)
- El paciente experimenta menos ansiedad estética y mayor bienestar emocional
Un estudio publicado en JAMA Dermatology mostró que los pacientes tratados con Mohs reportaban una mejor calidad de vida postquirúrgica en comparación con quienes recibían Cirugía Convencional o Radioterapia.
Avances tecnológicos: Inteligencia Artificial y precisión digital
La Cirugía de Mohs también se ha beneficiado de las innovaciones tecnológicas. La digitalización de imágenes histológicas, el uso de Inteligencia Artificial (IA) para detectar bordes tumorales e incluso el entrenamiento virtual de cirujanos están transformando la técnica.
Recientemente, un estudio publicado en arXiv demostró que un modelo de IA pudo identificar tejido tumoral en láminas de Mohs con un 98 % de precisión (AUC 0.98), reduciendo el tiempo de revisión y mejorando la eficiencia del procedimiento.
Además, ya se están desarrollando sistemas de realidad aumentada para planear reconstrucciones faciales tras la extirpación de tumores cutáneos, todo en la misma sala quirúrgica.
La Cirugía de Mohs como brújula de la Dermatología del futuro
La Microcirugía de Mohs no es una simple técnica quirúrgica. Es un ejemplo de cómo la ciencia puede afinarse hasta rozar lo artístico: cortar con exactitud milimétrica, mirar al microscopio lo que el ojo no ve, y dejar en el paciente no solo la salud restaurada, sino el rostro, la identidad y la dignidad intactas.
Frente a un panorama en el que el Cáncer de Piel seguirá en aumento por el cambio climático, el envejecimiento poblacional y la sobreexposición solar, Mohs se alza como una de las herramientas más poderosas y humanas que tenemos a nuestro alcance dentro del campo de la Dermatología.
La Cirugía de Mohs es, hoy por hoy, el tratamiento de elección para muchos tipos de Cáncer de Piel. Su eficacia clínica, su capacidad para preservar tejido sano y sus beneficios estéticos la convierten en una revolución silenciosa pero determinante.
En Colombia, su expansión y democratización son tareas urgentes. Formar más especialistas, equipar centros médicos y sensibilizar a la población es indispensable para garantizar que esta técnica de precisión milimétrica llegue a quienes más la necesitan. Porque en el arte de salvar la piel, cada milímetro cuenta. Y en la Medicina del futuro, la cura también tiene rostro humano.