Hernia Discal: Todo lo que debes saber sobre esta afección común
La Hernia Discal es una afección frecuente que, aunque puede generar preocupación, es parte de un proceso común en el envejecimiento humano.
¿Qué es una Hernia Discal?
Los discos intervertebrales son estructuras que se encuentran entre las vértebras de la columna y funcionan como amortiguadores. Con el paso del tiempo, estos discos se desgastan debido al envejecimiento natural, y en algunas personas este proceso ocurre más rápidamente que en otras.
Cuando un disco se desplaza de su lugar, se produce lo que se conoce como Hernia Discal. Este desplazamiento puede generar compresión sobre los nervios cercanos, lo que da origen a los síntomas característicos.
¿Por qué se produce una Hernia Discal?
Aunque el envejecimiento es una causa principal, existen varios factores que pueden favorecer la aparición de hernias discales:
- Sobrecarga en la columna: el Sobrepeso y la Obesidad aumentan significativamente el desgaste de los discos
- Falta de actividad física: no ejercitar ni fortalecer los músculos y ligamentos que rodean la columna contribuye al deterioro estructural
- Ejercicios inadecuados: movimientos mal ejecutados, como sentadillas o peso muerto sin la técnica adecuada, pueden provocar lesiones en la columna
Estos factores actúan de manera acumulativa, acelerando el proceso degenerativo de los discos intervertebrales.
Principales síntomas de una Hernia Discal
El síntoma más común es el Dolor de Espalda, especialmente en la región lumbar. Esta localización es la más afectada, debido a que soporta gran parte del peso corporal.
Cuando la Hernia Discal comprime un nervio, el dolor puede irradiarse hacia las piernas, generando lo que comúnmente se conoce como Ciática. Este dolor se describe como una sensación eléctrica o de “corrientazo” que recorre la pierna, y puede dificultar significativamente la movilidad y las actividades diarias.
¿Cuándo consultar al médico?
Es fundamental buscar atención médica ante:
- Dolor de espalda persistente
- Dolor irradiado hacia una pierna
- Dificultad para caminar o realizar actividades cotidianas
Un diagnóstico precoz permite iniciar un tratamiento adecuado y evitar complicaciones. El examen más indicado para confirmar una Hernia Discal es la Resonancia Magnética de Columna, ya que ofrece una visualización detallada de discos, vértebras y nervios.
Tratamiento de la Hernia Discal
La buena noticia es que más del 90 % de las Hernias Discales no requieren cirugía. El manejo se basa en un enfoque progresivo, similar a subir una escalera, empezando por medidas conservadoras:
Recomendaciones iniciales
- Rehabilitación y fisioterapia: fortalecer los músculos del core (abdominales, oblicuos y región lumbar) es clave para estabilizar la columna
- Estiramientos: incorporarlos en la rutina diaria y antes/después del ejercicio previene el deterioro de la columna
- Pérdida de peso: disminuir la carga sobre la columna mejora los síntomas y ralentiza el deterioro
Manejo del dolor
- Analgésicos: pueden ser necesarios en fases de dolor intenso
- Bloqueos o infiltraciones: se realizan con aguja guiada por rayos X para aliviar el foco del dolor en casos más resistentes, siempre bajo la supervisión de un especialista
Cirugía: última alternativa
Solo un pequeño porcentaje de casos requiere cirugía, indicada cuando hay dolor severo, pérdida de fuerza o falta de respuesta al tratamiento conservador. El objetivo es liberar el nervio comprimido.
Prevención y cuidados a largo plazo
Una vez diagnosticada una Hernia Discal, el compromiso con el autocuidado debe ser permanente. Algunas claves para proteger la columna son:
- Mantener un peso saludable
- Evitar el sedentarismo
- Fortalecer y estirar regularmente los músculos del tronco
- Evitar ejercicios de alto impacto mal ejecutados
El tratamiento adecuado, el acompañamiento médico de un especialista en Neurocirugía y la constancia del paciente son pilares fundamentales para lograr una buena recuperación y evitar recaídas.