Gastritis: Causas, síntomas, diagnóstico y posibles complicaciones
La Gastritis es una de las afecciones digestivas más frecuentes en la práctica médica. Consiste en la inflamación de la mucosa gástrica, el revestimiento interno del estómago, que cumple una función esencial en la protección del órgano frente a los ácidos digestivos.
Aunque en muchos casos se trata de un proceso leve y reversible, si no se diagnostica ni se trata adecuadamente, puede derivar en complicaciones como úlceras o, en casos más graves, aumentar el riesgo de cáncer gástrico.
¿Qué causa la Gastritis?
La Gastritis puede tener múltiples causas, siendo algunas más comunes que otras. Entre los factores más frecuentes que provocan la inflamación del estómago se incluyen:
- Infección por Helicobacter pylori: una de las principales causas de Gastritis en todo el mundo.
- Uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): como el ibuprofeno o el naproxeno, que pueden dañar la mucosa gástrica.
- Consumo excesivo de alcohol, que irrita y debilita el revestimiento del estómago.
- Estrés físico extremo, como el que ocurre en enfermedades graves o intervenciones quirúrgicas.
- Reflujo de bilis, que puede irritar las paredes del estómago.
- Infecciones virales que afectan el sistema digestivo.
- Consumo de drogas psicoactivas.
- Ingesta de sustancias cáusticas o corrosivas, que lesionan directamente el tejido gástrico.
- Trastornos autoinmunes, donde el sistema inmunitario ataca por error las células del estómago.
- Tratamientos oncológicos, como la quimioterapia o la radioterapia, que pueden inflamar la mucosa gástrica.
En la mayoría de los casos, la Gastritis no es grave y mejora con tratamiento médico y cambios en el estilo de vida. Sin embargo, identificar la causa es fundamental para prevenir su recurrencia.
Síntomas comunes de la Gastritis
Los síntomas de la Gastritis pueden variar en intensidad y duración según la causa y la extensión de la inflamación. Los más habituales incluyen:
- Malestar o dolor punzante en la parte superior del abdomen.
- Sensación de ardor o quemazón gástrica.
- Náuseas y, en algunos casos, vómitos.
- Sensación de saciedad temprana, incluso después de comer pequeñas cantidades de alimento.
Estos síntomas pueden confundirse con otras enfermedades digestivas, por lo que es importante consultar a un especialista en gastroenterología ante cualquier molestia persistente.
Hábitos y alimentos que pueden agravar la Gastritis
Determinados alimentos y hábitos cotidianos pueden irritar aún más la mucosa gástrica y dificultar la recuperación. Entre los factores que pueden empeorar la Gastritis se incluyen:
- Ayunos prolongados o comer a deshoras, que aumentan la acidez estomacal.
- Tabaquismo, que reduce la protección natural del estómago.
- Consumo de bebidas alcohólicas.
- Comidas picantes, frituras y alimentos grasosos.
- Alimentos ácidos, como los cítricos y el tomate.
- Bebidas carbonatadas, como refrescos o agua con gas, que incrementan la presión en el sistema digestivo.
- Exceso de azúcar, presente en dulces, miel y chocolate.
- Café y otras bebidas estimulantes, que pueden irritar el estómago.
Adoptar una alimentación equilibrada y evitar estos desencadenantes resulta esencial para controlar los síntomas y prevenir recaídas.
¿Cómo se diagnostica la Gastritis?
El diagnóstico definitivo de la Gastritis se realiza mediante una esofagogastroduodenoscopia con cromoendoscopia y toma de biopsias.
Este procedimiento permite al médico visualizar directamente la mucosa gástrica, detectar inflamación, úlceras o lesiones, y confirmar la presencia de Helicobacter pylori o de alteraciones celulares que requieran seguimiento.
La biopsia complementa el diagnóstico y permite establecer el tratamiento más adecuado según el tipo y la causa de la Gastritis.
¿Puede la Gastritis volverse crónica o causar complicaciones?
Si la Gastritis no se trata de forma adecuada, puede volverse crónica y generar complicaciones relevantes. Entre las más importantes se incluyen:
- Úlceras gástricas o duodenales.
- Sangrado estomacal, que puede manifestarse como heces oscuras o vómito con sangre.
- Mayor riesgo de cáncer de estómago, debido al adelgazamiento (atrofia) del revestimiento gástrico o a cambios en las células del estómago.
- Anemia, causada por deficiencia en la absorción de hierro o de vitamina B12.
- Dificultad para absorber nutrientes esenciales, lo que puede afectar el bienestar general.
Por ello, es fundamental seguir las indicaciones médicas, cumplir el tratamiento y realizar los controles necesarios para evitar la progresión de la enfermedad.
La Gastritis es una condición frecuente pero potencialmente seria si no se diagnostica y trata de forma oportuna. Identificar sus causas, evitar los factores irritantes y acudir a un especialista ante síntomas persistentes son pasos clave para mantener una salud digestiva óptima.
Con un diagnóstico preciso —mediante endoscopia y biopsia— y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes logran una recuperación completa y una mejor calidad de vida.