La Bronquiolitis es una de las causas más frecuentes de consulta en urgencias pediátricas durante los primeros años de vida, especialmente en épocas frías o lluviosas.
Aunque puede confundirse con un resfriado común, esta infección respiratoria afecta las vías respiratorias inferiores, puede generar complicaciones graves y requiere una atención cuidadosa, en especial en los lactantes más pequeños.
¿Qué es la Bronquiolitis y en qué se diferencia de un resfriado común?
La Bronquiolitis es una infección aguda de los bronquiolos, estructuras pequeñas de los pulmones, causada por diversos virus, entre ellos el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), Influenza, Parainfluenza, Rinovirus o Coronavirus. La inflamación de los bronquios y la acumulación de moco dificultan la entrada y salida de aire, provocando signos evidentes de dificultad respiratoria.
A diferencia de los resfriados, que afectan solamente las vías respiratorias altas (nariz, garganta y oídos), la Bronquiolitis compromete los pulmones. Mientras que un resfriado puede causar mocos, estornudos y fiebre leve, la Bronquiolitis puede manifestarse con síntomas más intensos, como:
- Respiración rápida o agitada
- Hundimiento de costillas al respirar (retracciones)
- Aleteo nasal y cabeceo
- Coloración morada en labios o piel (Cianosis)
- Tos intensa, con episodios que pueden provocar Vómito
- Sibilancias o “pitidos” en el pecho
- Congestión nasal abundante, fiebre y Pérdida del Apetito
Estos signos deben ser interpretados como señales de alarma, especialmente si se presentan en bebés pequeños.
¿Por qué los bebés menores de dos años son más vulnerables?
Durante los primeros dos años de vida, el sistema respiratorio de los niños aún se encuentra en desarrollo. Esta inmadurez anatómica y funcional favorece que los virus respiratorios desciendan con facilidad hacia los bronquiolos y provoquen inflamación severa.
El riesgo es mayor en bebés prematuros, con enfermedades pulmonares o cardíacas, o con problemas nutricionales.
¿Qué signos indican una posible deshidratación?
La dificultad respiratoria en la Bronquiolitis puede impedir que el bebé se alimente adecuadamente, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Además, la fiebre, el vómito inducido por la tos y el aumento de secreciones pueden agravar el cuadro. Los signos de alarma en estos casos incluyen:
- Ojos hundidos (Enoftalmos)
- Ausencia de lágrimas al llorar
- Boca y labios secos
- Pañales secos por más de 4-6 horas
- Somnolencia excesiva o dificultad para despertar
- Piel pálida o con aspecto moteado
Ante cualquiera de estos signos, se recomienda consultar inmediatamente en urgencias.
¿Cuándo se requiere hospitalización?
Un bebé menor de tres meses con sospecha de Bronquiolitis debe ser evaluado en urgencias debido a su alto riesgo de deterioro. También se recomienda observación hospitalaria en niños menores de seis meses que presenten factores de riesgo como:
- Prematuridad
- Enfermedades Cardíacas Congénitas
- Malformaciones Respiratorias
- Síndrome de Down u otras Enfermedades Neuromusculares
- Malnutrición
Además, cualquier niño con signos de dificultad respiratoria significativa, intolerancia a la vía oral, deshidratación, alteración del estado de conciencia o criterios clínicos de gravedad definidos por el médico, debe ser hospitalizado para manejo especializado.
Tratamientos de apoyo con eficacia comprobada
La Bronquiolitis es una enfermedad viral, por lo tanto, no existe un medicamento que elimine directamente la infección. El tratamiento se enfoca en mantener al niño estable, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
Las intervenciones con respaldo científico incluyen:
- Lavados nasales frecuentes con solución salina, que ayudan a despejar las vías respiratorias
- Oxígeno suplementario en pacientes con dificultad respiratoria o baja saturación
- Asegurar una buena alimentación, ya sea por vía oral o intravenosa si es necesario
- Apoyo por parte de terapeutas respiratorios, en especial en el ámbito hospitalario
- Control de la fiebre y el malestar general, así como monitoreo del estado de hidratación
No se recomienda el uso rutinario de antibióticos ni de broncodilatadores, salvo casos seleccionados en los que el médico sospeche una sobreinfección bacteriana o riesgo de asma.
¿Cuándo se administra oxígeno o líquidos intravenosos?
El oxígeno se administra cuando el niño presenta dificultad para respirar que no mejora con medidas básicas o si tiene saturación de oxígeno baja. En estos casos, el manejo debe realizarse en un entorno hospitalario.
Los líquidos intravenosos se indican cuando el niño no puede alimentarse adecuadamente debido a su dificultad respiratoria o nivel de conciencia. Esta medida también se considera en casos de deshidratación o alto riesgo de que esta ocurra.
¿Qué medidas en casa pueden ayudar a mejorar la respiración?
La técnica más efectiva en el hogar es el lavado nasal con solución fisiológica, utilizando una jeringa (sin aguja) para irrigar cada fosa nasal. Esto ayuda a liberar la obstrucción nasal que, en bebés menores de dos años, puede ser crítica, ya que aún no respiran bien por la boca.
Si el bebé sigue presentando dificultad respiratoria a pesar de los lavados, es fundamental acudir a urgencias.
Complicaciones posibles tras una Bronquiolitis grave
Un episodio grave puede dejar secuelas respiratorias a mediano plazo. Algunos niños requieren ingreso a unidades de cuidados intensivos, ventilación mecánica y pueden presentar sobreinfecciones bacterianas, debilitamiento físico o lesiones pulmonares que afectan su capacidad respiratoria futura.
¿Cómo prevenir la Bronquiolitis?
La prevención es clave, especialmente durante los primeros meses de vida. Las recomendaciones incluyen:
- Lavado de manos frecuente antes y después de tocar al bebé
- Lactancia materna, favorece el paso de anticuerpos protectores al bebé y le aporta nutrientes clave para fortalecer su sistema inmune
- Uso de mascarillas por parte de cuidadores enfermos
- Evitar visitas numerosas o exposición a ambientes con aglomeración de personas
- Vacunación completa, siguiendo el esquema del PAI en Colombia, incluyendo la vacuna contra influenza y COVID-19
Para niños con alto riesgo de infección grave por VRS, existe un medicamento llamado Palivizumab, que se administra mensualmente durante cinco meses y ha demostrado reducir la gravedad de la Bronquiolitis. Está indicado en:
- Niños prematuros de menos de 30 semanas
- Bebés con Displasia Broncopulmonar
- Niños con cardiopatías congénitas, enfermedades neuromusculares, inmunodeficiencias o anomalías pulmonares