El Asma es una Enfermedad Inflamatoria Crónica que afecta las vías respiratorias y puede manifestarse de distintas formas según las condiciones de cada paciente. Es una patología compleja, con múltiples factores desencadenantes, que requiere de un diagnóstico clínico cuidadoso y un tratamiento riguroso para lograr el control de los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Lo que ocurre en el cuerpo cuando se presenta Asma
El Asma se caracteriza por una inflamación de las vías respiratorias, principalmente de los bronquios, que puede estar asociada también a la inflamación de las vías respiratorias superiores, como ocurre con la Rinitis Alérgica. De hecho, es común que pacientes con Asma también sufran Rinitis, y viceversa.
El mecanismo detrás de esta enfermedad es una respuesta exagerada del sistema respiratorio a estímulos externos o internos, que provoca la inflamación y la broncoconstricción (estrechamiento de los bronquios). Esta reacción se debe, en gran parte, a una predisposición genética, que hace que algunas personas reaccionen de forma anormal a ciertos factores ambientales o físicos.
Factores desencadenantes
Factores extrínsecos
- Contaminación ambiental
 - Exposición al humo o a olores fuertes
 - Cambios bruscos de temperatura o uso de aire acondicionado
 - Humedad
 - Pelo o caspa de mascotas (gatos, perros, caballos)
 - Infecciones Virales, como las que pueden aparecer tras Enfermedades Respiratorias o incluso después del COVID-19
 
Factores intrínsecos
- Obesidad
 - Ejercicio físico
 - Uso de ciertos medicamentos, como algunas gotas oftálmicas que pueden inducir broncoconstricción
 - Asma Ocupacional, causada por la exposición a sustancias químicas o gases tóxicos en el entorno laboral
 
Síntomas más comunes
Dado que el Asma es una Enfermedad Inflamatoria de las Vías Respiratorias, sus síntomas más frecuentes son:
- Disnea (dificultad para respirar)
 - Sensación de opresión en el pecho
 - Tos seca o con flema
 - Sibilancias (sonido similar a un silbido al respirar, especialmente por las noches)
 - Dolor Torácico o en la espalda
 - Fatiga o cansancio fácil
 
Es importante también identificar si hay un componente rinosinusal (Rinitis o Sinusitis) que pueda agravar los síntomas respiratorios.
Proceso de diagnóstico
El diagnóstico del Asma se basa principalmente en la historia clínica del paciente. Algunos elementos clave que el médico evaluará incluyen:
- Edad de inicio de los síntomas (infancia, adolescencia o adultez)
 - Presencia de antecedentes familiares
 - Identificación de factores desencadenantes (trabajo, ambiente doméstico, medicamentos)
 - Sintomatología respiratoria y su frecuencia
 - Evaluación clínica (auscultación pulmonar)
 
Además, se pueden solicitar estudios complementarios como:
- Radiografía de Tórax
 - Espirometría (prueba que mide la capacidad respiratoria)
 
Es importante entender que una Espirometría normal no excluye el diagnóstico de Asma, ya que es una enfermedad variable que puede no estar activa en el momento de la prueba.
La mejor opción de tratamiento
El objetivo del tratamiento es controlar la inflamación de la vía aérea y prevenir la broncoconstricción. Para ello, los inhaladores son el pilar fundamental del tratamiento del Asma.
Tipos de inhaladores y su función
- Corticoides inhalados: son los antiinflamatorios más efectivos y con mínimos efectos secundarios cuando se administran por vía inhalada
 - Broncodilatadores: ayudan a relajar el músculo bronquial y a mejorar el paso del aire
 
Gracias al avance de la Medicina, hoy en día existen dispositivos más cómodos y eficientes que facilitan el tratamiento diario del paciente con Asma. A pesar del temor que algunos pacientes tienen hacia el uso de inhaladores, estos son seguros y eficaces, siempre que se usen con la técnica correcta y bajo supervisión médica.
Claves para el control del Asma
Para lograr un buen control de la enfermedad es esencial:
- Seguir estrictamente el tratamiento médico indicado
 - Evitar los factores desencadenantes
 - Acudir a controles médicos periódicos
 - Reportar cualquier cambio o nuevo síntoma al especialista
 
El uso adecuado del inhalador puede reducir la inflamación, mejorar la respiración, eliminar la tos y la fatiga, y permitir que el paciente retome sus actividades cotidianas con normalidad.
Cada paciente necesita un tratamiento único
El Asma no debe subestimarse ni tratarse de forma generalizada. Cada paciente requiere una evaluación individualizada, que contemple tanto los síntomas como los factores que los provocan.
El uso de inhaladores, en conjunto con un diagnóstico preciso y el seguimiento constante, permite controlar eficazmente esta enfermedad y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Si tienes síntomas respiratorios recurrentes o has sido diagnosticado con Asma, consulta con un especialista en Neumología para recibir el tratamiento más adecuado.