La Apnea del Sueño es un trastorno respiratorio que se caracteriza por la obstrucción transitoria de la vía aérea superior mientras el paciente duerme.
Esta obstrucción se produce debido a la relajación de los músculos que rodean la garganta, como los del paladar blando, la base de la lengua y la región del cuello, los cuales colapsan e impiden temporalmente el paso del aire hacia la laringe.
A diferencia de otras causas de obstrucción nasal como la Rinitis o el exceso de moco, la Apnea del Sueño no se debe a un problema inflamatorio o infeccioso, sino a una alteración funcional que impide la respiración de forma intermitente durante el sueño.
¿Cómo se clasifica la Apnea del Sueño?
La severidad de la Apnea del Sueño se clasifica según la cantidad de eventos respiratorios (Apneas) que ocurren por hora de sueño, medidos mediante un estudio conocido como polisomnografía. La clasificación es la siguiente:
- Leve: entre 5 y 15 apneas por hora de sueño
- Moderada: entre 15 y 30 apneas por hora
- Severa o grave: más de 30 apneas por hora
Estas pausas respiratorias, aunque transitorias, pueden tener consecuencias significativas para la salud, especialmente si se prolongan más allá de un minuto, situación que puede llegar a ser fatal.
Diagnóstico: la importancia del Polisomnograma
El primer paso en el abordaje diagnóstico es realizar un Polisomnograma Basal con Oximetría, el cual permite identificar cuántas apneas ocurren por hora y cómo afectan la saturación de oxígeno en sangre.
Una vez determinado el grado de severidad, se realiza un estudio de titulación con CPAP (presión positiva continua en la vía aérea). Este segundo examen tiene como objetivo identificar la presión exacta que necesita el paciente para evitar el colapso de la laringe durante el sueño.
En algunos casos, el CPAP es suficiente para mejorar la oxigenación; en otros, es necesario combinarlo con oxígeno suplementario, especialmente si el paciente continúa con saturaciones bajas a pesar del tratamiento.
Complicaciones de la Apnea del Sueño
Cuando no se trata adecuadamente, la Apnea del Sueño puede tener consecuencias graves a mediano y largo plazo. Algunas de las complicaciones más importantes incluyen:
- Hipoxia nocturna, que puede llevar a daño neurológico progresivo debido a la disminución del oxígeno disponible para las neuronas
- Muerte súbita, si una obstrucción se prolonga más de un minuto
- Hipertensión Arterial y Pulmonar
- Arritmias Cardíacas, como fibrilación auricular
- Tromboembolismo Pulmonar
- Trombosis en el sistema nervioso central
Estas complicaciones hacen que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado sean fundamentales para evitar desenlaces fatales o discapacidades a largo plazo.
¿Cuándo sospechar apnea del sueño?
Muchos pacientes llegan a la consulta por otros motivos, como Arritmias Cardíacas, y solo en la revisión detallada de antecedentes, medicamentos o síntomas nocturnos, se identifica una posible Apnea del Sueño.
Preguntas como “¿cómo duerme usted?” o el hallazgo de medicamentos antiarrítmicos (como betabloqueadores) pueden ser claves para sospechar el trastorno y orientar el diagnóstico.
Tratamiento y consideraciones quirúrgicas
El tratamiento de elección en la mayoría de los casos es el uso del CPAP, que mantiene abierta la vía aérea mediante una presión positiva continua durante la noche.
En algunos casos, especialmente cuando existen condiciones anatómicas como amígdalas hipertróficas o adenoides, puede considerarse el tratamiento quirúrgico. Sin embargo, muchas de las cirugías comúnmente realizadas —como resección de úvula, reducción del paladar blando o extirpación de adenoides— no resuelven el problema si la obstrucción ocurre a un nivel más profundo, como en los músculos del cuello.
Por esta razón, es fundamental realizar previamente estudios especializados como una evaluación Otorrinolaringológica o Maxilofacial, para valorar con precisión el origen de la obstrucción.
La intervención quirúrgica solo se justifica cuando se demuestra una causa anatómica clara que no puede corregirse con el uso de CPAP. Es fundamental acudir con un especialista en Neumología para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.