Microcirugía de Mohs

Microcirugía de Mohs

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Escrito por: La redacción de Top Doctors Fuentes: Top Doctors CO
Editado por: TOP DOCTORS® el 03/03/2023

El procedimiento original de la Cirugía Micrográfica de Mohs fue desarrollado por el Dr. F. Mohs en la Universidad de Wisconsin

Cirugía de Mohs

¿Qué es la Cirugía de Mohs?

 

La Cirugía Micrográfica de Mohs es un tratamiento quirúrgico altamente especializado para el Cáncer Cutáneo que proporciona el índice de curación más elevado en comparación con las técnicas tradicionales.

 

La técnica de Mohs ha ido perfeccionándose, aunque en su concepto básico sigue basándose en tres pasos fundamentales.

 

¿En qué consiste la Cirugía de Mohs?

 

  • Extirpación del Tejido Tumoral: Primeramente, se anestesia la zona afectada, no se inicia el procedimiento hasta asegurarnos de la insensibilidad en toda la zona. Una vez completada la anestesia se extirpa la capa de piel afectada por la tumoración
  • Preparación sofisticada de pequeñas porciones del tejido extirpado para su examen al microscopio y determinación de si el tumor ha sido eliminado o no en su totalidad. Se practica Hemostasia para evitar el sangrado y se cura provisionalmente la herida a la espera del resultado del laboratorio. Durante el tiempo de espera del análisis microscópico el paciente puede estar acompañado, leer una revista o ver la televisión. La duración aproximada de esta fase es de unos 30-45 minutos. Una vez extirpada la lesión se estudia el 100% del margen. Por ello hay que preparar pequeñas porciones de tejido, para que sea posible su estudio al microscopio. Los cortes de las porciones se realizan en congelación en un criostato debidamente marcados para su identificación al microscopio

 

  • En caso de detectar células cancerosas se repite todo el procedimiento anterior, pero sólo en el área afectada, hasta conseguir la curación total

 

Una vez estudiados al microscopio se identifican en un gráfico para orientar la existencia de células malignas en caso de hallarlas y poder extirpar el tejido allí donde se requiera. Se repite el procedimiento hasta conseguir eliminar el Tumor en su totalidad. 

 

El defecto resultante de la extirpación se "repara" de la manera más estética posible, dependiendo de su magnitud, localización, tipo de piel, etc. El aspecto definitivo se consigue unos meses después de retirar los puntos.

 

En condiciones normales el número medio de etapas en la cirugía de Mohs es de una a tres (lo que suele requerir unas 2-4 horas hasta la curación completa), aunque depende de las particularidades de cada Tumor, si ha recibido tratamiento con anterioridad y su localización.

 

¿Dónde se practica la cirugía de Mohs?

 

El procedimiento es lento, sofisticado y precisa de personal muy especializado, por lo que existen muy pocos centros en España equipados para ofrecer Cirugía de Mohs. 

 

¿Qué se hace con la herida que queda?

 

Una vez se ha eliminado completamente el Tumor, se decide la mejor solución para cerrar la herida creada por la Cirugía de Mohs.

 

En ocasiones se prefiere que cierre por sí sola, precisando curas diarias por aproximadamente 3-4 semanas.

 

Otros sistemas consisten en cerrar con suturas directamente o mediante el uso de colgajos, Injertos o técnicas de Cirugía Estética. La elección depende del tamaño y la localización, en cualquier caso, se informará detenidamente al paciente sobre los cuidados requeridos para cada caso en particular.

 

¿Cuál es la evolución posterior normal tras la Cirugía de Mohs?

 

La mayoría de los pacientes notan cierta tirantez en la herida que disminuye con el tiempo.

 

Cierto grado de picor posterior a la curación de la herida es también normal y se beneficia de cualquier crema hidratante aplicada encima (vaselina simple es suficiente).

 

La mayoría de los Tumores afectan a ramas superficiales nerviosas, por lo que puede tardar un año hasta que la sensación normal retorne a la zona. Hasta entonces pueden coexistir en el área las sensaciones de hormigueo con la de corcho, o alternarse ambas.

 

El tejido que rodea a la herida contiene mucho más aporte sanguíneo de lo normal para el proceso de cicatrización. Esto conlleva que la piel se vea más rosada y sea más sensible a los cambios de temperatura. Tanto la sensibilidad como la rojez desaparecen con el paso del tiempo.

 

Hay que tener en cuenta que el aspecto definitivo de una herida hay que valorarlo al año de la intervención.

 

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