Escoliosis, ¿cómo detectar el problema en los niños?

Escoliosis, ¿cómo detectar el problema en los niños?

Editado por: TOP DOCTORS® el 04/04/2023

La Escoliosis es una deformidad de la columna vertebral que provoca una curva en el plano frontal y lateral. Una de las características de esta deformidad es que suele progresar durante la etapa de crecimiento y puede llegar a provocar grandes desviaciones

 

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La Escoliosis es una deformidad de la columna vertebral que provoca una curva en el plano frontal y lateral (es tridimensional). Se acompaña de rotación de las vértebras que están situadas en la zona de la curva.

 

En algunos casos, la deformidad está provocada por alguna enfermedad, sea esta neurológica o muscular, o en el contexto de malformaciones de la propia columna. Sin embargo, en la mayoría de los casos ocurre en niños o niñas sanos sin que pueda establecerse una causa que la produzca.

 

Una de las características de esta deformidad es que suele progresar durante la etapa de crecimiento y puede llegar a provocar grandes desviaciones. Afortunadamente, sólo el 10% de los pacientes desarrollan curvas de alto grado.

 

Si bien puede aparecer a cualquier edad, el 85% de las Escoliosis se producen en la adolescencia, siendo mucho más frecuente en las niñas.

 

¿Qué síntomas presenta la Escoliosis en los niños y adolescentes?

 

La deformidad provoca una alteración estética que es proporcional al grado de desviación. Curvas pequeñas pueden pasar desapercibidas y curvas mayores provocan una deformidad identificable cuando miramos la espalda del niño.

 

La Escoliosis generalmente no produce dolor y, por ello, a veces no se diagnostica hasta que la alteración estética es muy llamativa. En la cuarta parte de los pacientes, puede producir sensación de fatiga muscular de espalda y, sólo en Escoliosis de alta magnitud de curva, puede producir molestias más marcadas.

 

¿En qué deben fijarse los padres?

 

Los padres deben fijarse en que la espalda del niño o la niña no presente asimetrías en el talle, una escápula más salida que la otra o un hombro más alto que el otro.

 

Debido a la rotación de las vértebras, cuando el niño se inclina hacia adelante, aparece claramente una prominencia de la columna hacia uno de los lados, que se llama giba. Su presencia es indicativa de Escoliosis.

 

¿Cómo se trata la Escoliosis?

 

A lo largo de la historia de la medicina, la Escoliosis se ha tratado con ejercicios, estiramientos, aparatos, estimulación eléctrica, etc. Ninguno de esos tratamientos ha demostrado disminuir el grado de desviación. Hoy día sabemos que sólo es posible frenar su empeoramiento y, para ello, se coloca un soporte externo llamado corsé.

 

Además, el tratamiento depende del grado de deformidad y del grado de maduración esquelética del paciente. Cuando la inclinación es por debajo de los 30° deben realizarse controles cada 3-6 meses hasta la maduración ósea, para comprobar si evoluciona y precisa otro tratamiento. El 90% de las Escoliosis no sobrepasarán nunca los 30 grados.

 

Alrededor de los 30° en un niño con escasa maduración ósea, es preciso vigilar de cerca la evolución porque tiene muchas posibilidades de empeorar. Si lo hace, será necesaria la colocación de un corsé para frenar, en lo posible, la evolución. Si el niño ya se encuentra al final de la maduración ósea (niñas a partir de 13-14 años o niños a partir de 15-16 años) no es necesario colocar corsé porque la curva ya no evolucionará significativamente.

 

En curvas graves, por encima de 50° está indicada la corrección quirúrgica de la deformidad.

 

¿En qué casos es necesaria una intervención?

 

La corrección quirúrgica de la Escoliosis está indicada en deformidades por encima de los 50 grados. Las razones son básicamente dos. La primera es que, a partir de esa magnitud, hay una mayor incidencia de dolor de espalda, disminuyendo la calidad de vida de los pacientes. La segunda es que, por encima de esa magnitud, existe un empeoramiento progresivo de la desviación a lo largo de la vida.

 

Operar una Escoliosis significa reducir al máximo la curva y fijar las vértebras en esa posición. Para ello, se colocan unos sistemas metálicos de anclaje y  se rellena de injerto óseo toda la zona operada.

 

Con la operación se consigue una columna con mucha menos deformidad, pero en contrapartida, todo el segmento operado será rígido y no tendrá movilidad.

 

Traumatología y Ortopedia Infantil en Bogotá